Uno se pregunta: ¿qué nos queda después del sexo ocasional?
Paso la noche y entre besos, caricias y franeleo , nos agarro la mañana. Y uno se levanta, se viste, intercambia un par de palabras: "¿cuando rendís?"."A, bien. Bueno espero que te vaya bien". Y se va a su casa a dormir solo, abrazado a la almohada.
Y esta bueno, por que peor es quedarse en el soliloquio mental.
Es importante salir y compartir con alguien. Yo me digo que son "aproximaciones graduales al objeto", queriendo significar que la experiencia indefectiblemente me llevara a algún punto, que me dejara algún aprendizaje.
Acepto soy egoísta y mi conocerte implica siempre primero un conocerme. El partenair puede cambiar, pero lo vivido, lo aprehendido, es de uno. Eso nos queda, pasa a formar parte de nuestro bagaje experiencial, se hace cuerpo y nos sirve para próximas experiencias.
Ese ambicionar en busca de experiencias cada vez más ricas, más completas, de personas más interesantes, más adecuadas. Esa búsqueda de lo "adecuado" a uno, de lo que nos permita cierta sensación de "crecimiento".
Salir del "ideal" y aprender a aprender desde lo "real". Dejar de ser filósofos y empezar a ser científicos, de la vida, claro.
Aquí les dejo el aprendizaje que yo obtuve en este caso particular: el olor a preservativo sabor a frutilla no se va de las manos con simple agua y jabón, ni aun con insistentes lavados. Deberéis recurrir a limón, lavandina o vinagre.
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