lunes, 26 de abril de 2010

Reflexiones postcoitales...


Uno se pregunta: ¿qué nos queda después del sexo
ocasional?

Paso la noche y entre besos, caricias y franeleo ,
nos agarro la mañana.
Y uno se levanta, se viste, intercambia un par de
palabras: "¿cuando rendís?"."A, bien. Bueno espero
que te vaya bien". Y se va a su casa a dormir solo,
abrazado a la almohada.

Y esta bueno, por que peor es quedarse en el soliloquio
mental.

Es importante salir y compartir con alguien. Yo
me digo que son "aproximaciones graduales al objeto",
queriendo significar que la experiencia indefectiblemente
me llevara a algún punto, que me dejara algún
aprendizaje.

Acepto soy egoísta y mi conocerte implica siempre
primero un conocerme. El partenair puede cambiar,
pero lo vivido, lo aprehendido, es de uno. Eso nos queda,
pasa a formar parte de nuestro bagaje experiencial,
se hace cuerpo y nos sirve para próximas experiencias.

Ese ambicionar en busca de experiencias cada vez
más ricas, más completas, de personas más interesantes,
más adecuadas. Esa búsqueda de lo "adecuado" a uno,
de lo que nos permita cierta sensación de "crecimiento".

Salir del "ideal" y aprender a aprender desde lo "real".
Dejar de ser filósofos y empezar a ser científicos, de la vida,
claro.

Aquí les dejo el aprendizaje que yo obtuve en este
caso particular: el olor a preservativo sabor a frutilla no se va
de las manos con simple agua y jabón, ni aun con insistentes
lavados. Deberéis recurrir a limón, lavandina o vinagre.

He dicho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario